Digital Twins, ¿es posible crear un doble digital de algo físico?

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Muchas tareas que antes se hacían en papel ahora se realizan con programas digitales, como la contabilidad, la declaración de la renta o la redacción de textos. A finales del 2000, se comenzó a trabajar más fuerte en la tecnología digital, y así nacieron a lo largo de los últimos 10 años los servicios online que ofrecen películas, videojuegos y música en digital. Pero, ¿y si esto pudiera ir un poco más lejos?

¿Sería posible convertir todo lo físico en digital?

Para muchos, el crear un mundo digital sería perfecto, para poder moldearlo a su gusto. Con esta idea, nació Digital Twin, una de las tecnologías que está cambiando la dinámica, en especial, del sector industrial. Esta tecnología consiste en la realización de réplicas virtuales de objetos, o procesos, que simulan el comportamiento de sus homólogos reales. Con ello se intenta potenciar al máximo su eficiencia.

“Gemelo Digital”, como sería su traducción a nuestro idioma, no es algo nuevo. En 2002 esta tecnología fue introducida por Michael Grieves, ingeniero informático, en colaboración con John Vickers, director de tecnología de la NASA. Fue presentada en la Universidad de Michigan, relacionándola con la gestión de ciclo de vida de un producto. Fue ahí cuando habló de la posibilidad de crear una representación digital de un sistema físico, que fuera una entidad por si misma. Dicha información sería un “gemelo”, que estaría vinculado al sistema físico durante el ciclo de vida.

Actualmente, esta tecnología se encuentra ya en su versión 4.0. Utilizada para analizar que tecnologías podrían marcar tendencia en los próximos años, KPMG asegura en su informe “Beyond the hype” que sería necesaria para llevar a cabo lo que se ha bautizado ya como la cuarta Revolución Industrial.

José Ángel Alonso Cuerdo, director de Data & Analytics de KPMG en España describió esta tecnología como “los gemelos digitales transformarán los procesos de fabricación. Ofrecerán nuevas formas de disminuir costes, monitorizar activos, optimizar el mantenimiento, reducir el tiempo de inactividad y permitir la creación de nuevos productos conectados”.

Aunque aún no está del todo claro si esta tecnología acabará aplicándose a la vida diaria, con el paso agigantado que lleva la evolución tecnológica no sería descabellado que en pocos años se adaptase para su uso en los hogares.

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