Romano Van der Dussen, su vida después de prisión: “La cárcel aún me persigue”

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“Tengo que aprender a vivir”. Hace nueve meses que recuperó la vida que le robaron, pero Romano Van der Dussen aún no ha conseguido recomponerla. Entró en prisión en 2003, clamando por su inocencia, y no salió hasta febrero de 2016. Durante más de 12 años soñó desde una celda con su libertad y, ahora que por fin la tiene, le cuesta hacerse a ella: “Salí de la cárcel, pero aún me persigue”.

Tiene novia, una casa, acaba de publicar un libro en su país, Holanda, y hasta trabajó un par de meses este verano. Pero Van der Dussen sigue roto y en sus gestos apresurados se adivina toda esa rabia contenida, toda la ansiedad, los trastornos y los traumas que aún pesan demasiado. Y en su voz, también se cuela la decepción: “Creí que sería más fácil”.

Con 10 kilos más de los que pesaba cuando salió de prisión, confiesa que todo le cuesta demasiado. Después de que el Tribunal Supremo le exonerara de una de las tres agresiones sexuales por las que fue condenado, Van der Dussen sigue luchando para defender su inocencia en las otras dos. Aunque la sentencia reflejó que en los tres crímenes se trataba del mismo agresor (por el modus operandi, la fuerza empleada, la brutalidad, la cercanía temporal y geográfica), sólo consiguió su absolución del único del que había prueba de ADN. Logró demostrar que ese material genético correspondía a Mark Dixie, un preso británico que cumple pena en su país por violar y matar a una joven de 18 años. Por ese error pide ahora al Ministerio de Justicia más de 6 millones como indemnización por los daños morales, por todas las secuelas que le han dejado esos años preso y por el dinero que habría podido ganar si hubiera trabajado durante ese tiempo.

Trastornos de pánico, ansiedad y depresión

El peritaje psiquiátrico que ha presentado junto a la reclamación lo deja claro:“Hay un evidente daño psicológico, tanto agudo como crónico, en forma de secuelas emocionales como consecuencia de los hechos y vivencias sufridas, que interfiere negativamente en su vida cotidiana, con claras limitaciones en las esferas vitales principales”. Según el informe, Van der Dussen sufre trastornos de pánico, de depresión mayor con ansiedad y obsesivo compulsivo. Todos esos síntomas, indica el psiquiatra, “han tenido un inicio y desarrollo durante su ingreso en prisión y se han agravado especialmente en los últimos dos o tres años de forma significativa”.

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