La industria musical revive gracias a Internet y la música libre de derechos

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Muchas industrias vieron sacudidos sus cimientos económicos con la aparición de Internet en los hogares, en un cambio que no ha cesado de sucederse desde entonces, afectando a prácticamente todos los aspectos de nuestra vida.

Una de las más afectadas, la industria musical, vio como de la noche a la mañana desaparecían prácticamente todos los beneficios de la venta de álbumes a la par que los programas de P2P permitían a los consumidores compartir y descargar ilegalmente la música.

Desde entonces, nuevos métodos de escucha y compra como iTunes, Youtube o Spotify han tratado de subsanar esa sangría, tapando algunos importantes agujeros y destapando nuevas maneras para seguir recibiendo esos ingresos.

Como resultado de este gran cambio algunos artistas, como aquellos que crean música de fondo para anuncios, videojuegos o cine -probablemente los más desconocidos- han visto abrirse un amplio abanico de posibilidades para su música gracias a los algoritmos de portales como Youtube, que detectan automáticamente aquellos vídeos subidos a la plataforma que no cumplen con los derechos de autor en relación a la música que utilizan.

Por tanto los creadores de esos vídeos, no solamente particulares sino todo tipo de empresas, se han visto obligados a adquirir licencias de música libre de derechos, lo cual está suponiendo un crecimiento lento pero sostenido en los ingresos para los artistas que no tiene visos de detenerse, ya que en el año 2018 el vídeo online supondrá más de un 80% de todo el tráfico en Internet.

Internet no ha herido de muerte a la industria musical, como muchos vaticinaban y han proclamado estos últimos años, sino que simplemente ha cambiado sus desgastados modelos de negocio por otros nuevos, completamente diferentes, tal y como nos explica uno de los cofundadores de www.snailarts.com, un negocio dedicado a la creación de música libre de derechos.   

Este cambio no es definitivo, sino que continuará produciéndose en un continuo, sin detenerse, a medida que siga evolucionando la tecnología, a un ritmo cada vez mayor.

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